Efectos en la ecología: El consumismo es dañino para el equilibrio ecológico ya que actualmente existen muchos problemas relacionados con el excesivo consumo de recursos naturales que se hace a nivel mundial y la cantidad de contaminación que generan en estos procesos.
Efectos en la economía nacional: La preferencia de productos innecesarios o fácilmente sustituibles de una población que son producidos en otra región ayuda a desequilibrar la balanza comercial entre las regiones.
Efectos en la sociedad: Mala distribución de la riqueza, ya que los consumidores son por lo general de un nivel socioeconómico inferior que los dueños de las compañías generadoras del objeto consumido.
Efectos familiares: Al caer en el consumismo aumentamos nuestros gastos de forma innecesaria comprando cosas que pudiéramos evitar o reducir y dejándo de lado elementos de real importancia.
Efectos personales: La salud comienza a empeorar o desgastarse gracias a una serie de productos envasado que permiten una rápida preparación, ahorrando así tiempo "necesario".
Efectos en la cultura: Las expresiones culturales y los valores se modifican de tal manera que hoy el joven de la generación que se está formando, es preparado para consumir, para recibir todo listo y preparado, y no para ser una persona independiente y crítica.
Valentina Morroni, madre de dos hijos, asegura haber cambiado su estilo de vida totalmente a medida que pasaron los años. El efecto familiar toco fondo en los Morroni, ya que la priorización de ciertos elementos al momento de las compras, no estuvo bien realizada. "Preferíamos comprar todo tipo de alimentos para llenar el refrigerador por ejemplo, pero nos olvidábamos de cosas tan importantes como el detergente", "a veces ibamos de shopping y traímos de todo, ropa para todos, artefactos eléctricos... y luego no teníamos suficiente dinero para subsistir el resto del mes", malas decisiones que se llevan a cabo por el consumismo, que se apodera de las mentes de los chilenos. A raiz de esto, los efectos personales también tocaron la puerta de Valentina, su alimentación ha empeorado cada vez más, "ahora consumo sólo comidas preparadas, ya que el tiempo me juega en contra, y estos alimentos son bastante prácticos". Por consiguente, toda la familia Morroni ha sufrido los efectos personales, sus hijos almuerzan comida chatarra, su esposo hace exactamente lo mismo, y debido a esto se enfermó de diabetes. De este efecto deriva el cultural, los hijos de Valentina se están criados con la mentalidad individualista, por suerte ambos son pequeños y están a tiempo para cambiar su rumbo, "mis hijos pueden optar a otro estilo de vida, no tienen porqué seguir a toda esta multitud consumista, egocéntrica, y mal enfocada".
Los efectos del consumismo en buena parte de nuestras vidas, son bastante claros. Cabe mencionar que si todo esto está ocurriendo es por que nosotros lo provocamos con nuestras actitudes, pero nunca es tarde para remediarlo y espero que este sea el caso de los hijos de Valentina, para que así ellos puedan difundir mejores valores e ideales a las siguientes generaciones, y no sigamos con esta cadena de personas trastornadas con todo lo que sea consumo.
Fuente: Valentina Morroni.
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Autor: Francisca Gutiérrez.
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viernes, 25 de junio de 2010
jueves, 17 de junio de 2010
Consumismo y el mundial
En plena época mundialera, la venta de plasmas, LCD, proyectores, celulares de última tecnología, y otros productos, ha aumentado considerablemente debido a la gran necesidad del chileno por satisfacer esa necesidad imperiosa de mirar el Mundial de Sudáfrica 2010, de la mejor forma posible.
Macarena Cortés, asistente de ventas de una conocida tienda comercial, señaló que, efectivamente, la venta de plasmas y LCD en alta definición se ha incrementado en aproximadamente un 50 %. Macarena asegura que la variedad de televisores es amplia, hay de diversos costos y beneficios, pero los que han predominado son los LCD de 32 pulgadas, que se han vendido masivamente estos últimos meses. La compra mayoritaria de los consumidores tiene un precio promedio en el mercado chileno de unos $300.000. La mayoría de las casas comerciales cuentan con facilidades de pago, en módicas cuotas durante unos cuantos meses, cosa bastante tentadora para la actual sociedad.
Cortés aseguró que la venta promedio por semana rodea los 5 mil ejemplares, cifra bastante llamativa, si pensamos en la grave catástrofe que sufrió el país el pasado 27 de febrero. “Parece ser que nada hace tomar conciencia al chileno, y que independientemente de las deudas que posean, la pasión por el fútbol es más fuerte, en total a la hora de pagar el dinero aparecerá de algún lado” afirmó la vendedora.
La denominada revolución de la tecnología en “Alta Definición” (HD) tiene a los ciudadanos totalmente cegados, piden créditos como pan caliente, sin pensar en la futura deuda que los espera. Los bancos ofrecen una serie de “promociones” y ofertas que tientan a los consumidores, quienes no se dejan esperar y corren por el dinero fácil.
Fuente: Macarena Cortés.
8-2677329
Autor: Francisca Gutiérrez.
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Macarena Cortés, asistente de ventas de una conocida tienda comercial, señaló que, efectivamente, la venta de plasmas y LCD en alta definición se ha incrementado en aproximadamente un 50 %. Macarena asegura que la variedad de televisores es amplia, hay de diversos costos y beneficios, pero los que han predominado son los LCD de 32 pulgadas, que se han vendido masivamente estos últimos meses. La compra mayoritaria de los consumidores tiene un precio promedio en el mercado chileno de unos $300.000. La mayoría de las casas comerciales cuentan con facilidades de pago, en módicas cuotas durante unos cuantos meses, cosa bastante tentadora para la actual sociedad.
Cortés aseguró que la venta promedio por semana rodea los 5 mil ejemplares, cifra bastante llamativa, si pensamos en la grave catástrofe que sufrió el país el pasado 27 de febrero. “Parece ser que nada hace tomar conciencia al chileno, y que independientemente de las deudas que posean, la pasión por el fútbol es más fuerte, en total a la hora de pagar el dinero aparecerá de algún lado” afirmó la vendedora.
La denominada revolución de la tecnología en “Alta Definición” (HD) tiene a los ciudadanos totalmente cegados, piden créditos como pan caliente, sin pensar en la futura deuda que los espera. Los bancos ofrecen una serie de “promociones” y ofertas que tientan a los consumidores, quienes no se dejan esperar y corren por el dinero fácil.
Fuente: Macarena Cortés.
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Autor: Francisca Gutiérrez.
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¿Asume la sociedad ser consumista?
"Admito ser consumista", señaló Jimena Alvarado, quien asumió su obseción por la ropa. El consumismo es un tema muy común en la sociedad, es poca la gente que admite serlo, siempre hay una razón, una respuesta al porqué lo hacen. Jimena no tuvo problema alguno en asumirlo: "amo comprar ropa, por eso trabajo, así puedo satisfacer esta necesidad que he transformado en un vicio". Cada mes dispone de cierto monto de dinero, el cual destina a las compras vitales de cualquier familia, pero para jimena, dentro de estás ya está incluida su amiga inseparable, la ropa. "Gasto mínimo 50 mil pesos mensuales en hermosas prendas de vestir" afirmó la mujer, quien está agradecida de no haber tenido hijas, ya que probablemente heredarían esa misma e incomprensible obseción. No sólo las prendas de vestir son parte de este consumismo extremo, el cigarro ya es parte de su vida diaria. "Me fumo por lo menos 20 cigarros al día, y cuando estoy en compañía puedo duplicar la cifra", afirmó Alvarado, quien admite gastar cerca de 40 mil pesos mensuales en este dañino vicio.
Jimena logró sincerarse, pero el normal de la sociedad no puede asumir ser consumista. Hemos llegado a transformar el tema en tabú, para no ser tratados como enfermos, para no ser discriminados, para no pensar en que estamos formando parte de aquella sociedad a la cual no queremos pertenecer, la deshumanizada y materialista.
Fuente: Jimena Alvarado.
9-2865499
Autor: Catalina Gutiérrez.
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Jimena logró sincerarse, pero el normal de la sociedad no puede asumir ser consumista. Hemos llegado a transformar el tema en tabú, para no ser tratados como enfermos, para no ser discriminados, para no pensar en que estamos formando parte de aquella sociedad a la cual no queremos pertenecer, la deshumanizada y materialista.
Fuente: Jimena Alvarado.
9-2865499
Autor: Catalina Gutiérrez.
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Consumismo y consecuencias en la sociedad.
“El consumismo perturba la mente”, afirmó Diego Opazo, estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Tecnológica Metropolitana. “En la actualidad, la sociedad actúa de forma muy extraña, dañan lo que no tienen que dañar, consumen lo que no deben consumir y cuidan lo que no es vital, nos hemos transformado en personas deshumanizadas” afirmó el estudiante, quien dice haberse dado el tiempo de observar actitudes humanas, en las que pudo apreciar varios síntomas de decadencia social, decadencia en la que irremediablemente parece estar envuelta nuestra civilización.
En los diversos medios de comunicación, en las conversaciones diarias, en las relaciones familiares y de amistad, en el simple rato que andas en metro, cuando caminas por las calles, cuando andas en auto, en nuestras propias vivencias se vislumbran esos síntomas de la crisis que nos están llevando a construir un penoso futuro, poco esperanzador.
Diego señala que “estamos perdiendo el rumbo, cambiando el sentido moral, no nos interesamos por los demás y velamos por nuestra propia conveniencia, nos preocupamos más por lo material que por lo que realmente importa, lo del alma”.
En pocas palabras, estamos transformando nuestras vidas en procesos de competitividad. Nos estamos transformando en seres individualistas y egocéntricos, aptitudes que ya no podremos cambiar en el futuro, si no reaccionamos ahora, a tiempo.
Fuente: Diego Opazo.
8-2696700
Autor: Catalina Gutiérrez.
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En los diversos medios de comunicación, en las conversaciones diarias, en las relaciones familiares y de amistad, en el simple rato que andas en metro, cuando caminas por las calles, cuando andas en auto, en nuestras propias vivencias se vislumbran esos síntomas de la crisis que nos están llevando a construir un penoso futuro, poco esperanzador.
Diego señala que “estamos perdiendo el rumbo, cambiando el sentido moral, no nos interesamos por los demás y velamos por nuestra propia conveniencia, nos preocupamos más por lo material que por lo que realmente importa, lo del alma”.
En pocas palabras, estamos transformando nuestras vidas en procesos de competitividad. Nos estamos transformando en seres individualistas y egocéntricos, aptitudes que ya no podremos cambiar en el futuro, si no reaccionamos ahora, a tiempo.
Fuente: Diego Opazo.
8-2696700
Autor: Catalina Gutiérrez.
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